Dan Ionescu, Carta a Tetis, Poems in Spanish de Geo Constantinescu

Dan Ionescu, Carta a Tetis, Poems in Spanish
Dan Ionescu, the author of the book published in Spanish, Carta a Tetis (Editorial Éride Ediciones, Madrid, 2020, due to the excellent Spanish translation by
Francisco Javier Bran Garcia and Dana Oprica), is a member of the 2000 Generation of Romanian poets who use reality as a source of inspiration for their
poetry. At the same time, they are sentimentally impacted by this issue. Thus,
their poetry would lose a significant part of its meaning if analysed only from
a structuralist point of view. If literary critics overlook the sentimental load of
these poets’ words, of their syntax, of their obstinacy to provide a genuine image of the human being and the world s/he lives in, they might provide a wrong
interpretation. For this reason, Geo Constantinescu, the author of this article,
performs a classic, impressionist analysis, so as to better decode the shades of
the poet’s experiences, his subtle psychology and the emotions in the contact
with reality that are inspired by each moment of his creation.
Key words: condition of poetry; Romanian spirituality; rural life; the city;
nature; memories; the paradise of childhood.

El octavo volumen de versos de Dan Ionescu, Carta a Tetis, apareció
en febrero de 2020, en Madrid, Editorial Éride Ediciones, gracias a la excelente traducción al español hecha por Francisco Javier Bran García y
Dana Oprica. Poeta, prosista, crítico literario y periodista rumano, Dan Ionescu (nacido en 1970, en Bălăcița, distrito de Mehedinți) debutó en lengua
rumana, en 1995, con el volumen Biblioteca într-o alocuțiune (Biblioteca
en una alocución, Editorial Avrămeasa), en que planteaba el problema de
la condición del poeta y la poesía en la sequía espiritual del momento en su país, cuando los rumanos estaban reducidos a la mera condición de sobrevivientes en una sociedad trastornada por un capitalismo salvaje, después
del derrumbamiento de la utopía comunista.
El poeta observaba el mundo de su alrededor sin norte, dispuesto a
abandonar el espíritu y los valores tradicionales. Pero su punto de vista era
tónico; bajo la apariencia de la inocencia se vislumbraba su fe en el valor
perenne de la palabra y la necesidad del poeta de recuperar lo humano de
las trituradoras de un tiempo de perpetua degradación. Así él descubre este
mundo por el mero ceremonial (perdido de muchos de sus coetáneos) de la
lectura: “deschid un volum/ cu nimb rustic:/ tocmai căzu luna/ în cântul cocoșilor” (abro un libro/ de nimbo rústico:/ acaba de caer la luna/ en el canto de los gallos), Lectură (Lectura)1
. El eje vital de la espiritualidad rumana
queda en el espacio rural del nacimiento del pueblo y al mismo tiempo de
su nacimiento como hijo y del territorio de su infancia. No se trata de una
vuelta hacia atrás en la escala del tiempo, no es una nostalgia del poeta, sino
un punto de apoyo en la búsqueda de sí mismo por entre las ruinas de las
ilusiones de la bondad y la felicidad humana y la realidad social tremenda
de aquellos tiempos. Entre los elementos que le confieren apoyo espiritual
al poeta es el sonido de la campana en aquel paisaje que anuncia todos los
acontecimientos de los individuos y las comunidades, con la autoridad casi
divina. La gente en aquel paraíso de su infancia se dirigía bajo las señales
de la naturaleza y la naturaleza expresaba siempre la presencia de Dios por
entre los hombres, las reses, por los campos, los cerros y los bosques. Pero
aquel paisaje no existe aún para él, sino en los recuerdos. Añade el poeta:
“Și se duceau/ în amintiri la moară strabunii mei cu saci rotunzi de grâu”
(y partían/ por los recuerdos al molino mis antepasados con los sacos redondos de granos de trigo). Se trata de la imagen que salva del tiempo
devorador lo que era esfuerzo, vida, fe. Y bajo su pluma todo se convierte
en poesía. Por esto el poeta y su poesía sobreviven en aquel mundo del empobrecimiento y la destrucción de lo humano. El volumen siguiente Altceva
de cunoscut (Otra cosa a conocer, Editorial Aius, Craiova, 1998) sigue por
este tono fijándose en el tiempo vacío de sus coetáneos arremolinados para
desperdiciarse bajo lo inútil de la materialidad que los esclaviza. El horizonte le aparece pesado, degradado, irrisorio: “Apusul plecat peste un purceluș
rumen/cu mărul în gură” (El ocaso inclinado sobre un cerdito rubicundo/
con manzana en boca). Se trata de la imagen que resume la condición del
(1 Las traducciones al español de las citas de los volumenes en rumano de Dan Ionescu pertenecen al autor del artículo, Geo Constantinescu)

hombre que ha anulado todos sus valores, sus ideales y vive sólo para hartarse de los bienes del mundo. Por esto la poesía viene para salvar a este
hombre disminuido, perdido, adormecido entre los bultos de las cosas que
le someten a su antojo. “Tensiunea poeziei mă fură din bagajele acestei
vieți” (La tensión de la poesía me rapta de los equipajes de esta vida).
Entre tantos objetos, el poeta mismo como individuo será “prosopul care/
să șteargă de tristețe și suferință pe Dumnezeu” (la toalla que/ limpie de
tristeza y sufrimiento a Dios), La hotel (En el hotel). En estas circunstancias
la poesía vuelve triunfadora hacia el poeta cuando sorprende elementos de
la naturaleza que el hombre común, hartado, vacío de sustancia humana no
la ve. Apunta el poeta en Spirala (La espiral): “Exultă grădina. Palpitația
se transferă în păsări. Văzduhul dă bice norilor, a căror turmă, / așează pe-o
îndepărtată cetate, începe să pască/ sunete de clopotniță” (Exulta el jardín.
La palpitación se traslada en los pájaros. El cielo fustiga las nubes, cuya
manada/ coloca sobre una lejana ciudadela, comienza a pastar/ sonidos
de campanario). La metáfora de la espiral es la del destino del hombre, la
de su perpetuo devenir. El cielo, las nubes constituyen la cuna del hombre
primitivo, natural, de las puras vivencias, pero la ciudadela, los sonidos de
las campanas son las creaciones de la civilización que le dan sentido. Cuando estos elementos son abandonados, el hombre es definitivamente perdido.
Por esto, el poeta debe salvarlos del paso del tiempo.
El volumen que sucede Departe de ocean (Lejos del Océano, Editorial Cartea Românească, București, 2000) continúa el tema, el poeta sigue
con la representación simbólica del paisaje rústico frente al paisaje de la
enajenación de su derredor. El poeta mismo se pregunta sobre su vida: “de
cine e țesută și la ce macat/ e adăugată, la al plângerii sau al fericirii?” (¿De
quién es tejida y a qué tapiz/ está añadida, a lo del llanto o a lo de la felicidad?) Subiecte despre vreme (Asuntos sobre el tiempo).
El volumen Vis visus sau Forța visului (Sueño visum o la Fuerza del
Sueño, Editorial Scrisul românesc, Craiova, 2007) encuentra en la tradición
clásica de Lucretius o de Ovidius la eternidad del ser humano que no había
renunciado a soñar, que no había renunciado al amor. Entonces cuando el
hombre se pierde por los laberintos de los amontonamientos materiales
de la civilización de desparramiento, cuando no encuentra aún sentido e
ideal le recuerda de sus palabras en el poema Îndemn (după Ovidiu) Animo
(según Ovidio): “Prin aceste îndeletniciri, prin altele,/te dezobișnuiești să
iubesti./ Tu călătorule, totusi, / cu toate că, prin lanțuri puternice, iubirea
te reține” (Por estas preocupaciones, por otras,/ te deshabitúas a amar. /
Tu viajero, sin embargo, / aunque, por cadenas fuertes, el amor te retiene).
El contacto con los clásicos le permite que construya una expresión más
clara, más sabia. Así el poeta está seguro del hecho de que la poesía seguirá

viviendo aún en estos tiempos. Dice él en Între gandurile lui Dumnezeu
(Entre los pensamientos de Dios): “Lumina viselor îmbogațeste,/ Într-un
fel misterios lucrurile. / O reașezare a lumii în rosturi și o îndeplinire mai
bună a destinelor” (La luz de los sueños enriquece,/ De manera misteriosa
las cosas./ Un reposicionamiento del mundo en objetivos y un cumplimiento
mejor de los destinos).
Los peligros para el hombre llegan a causa de la superficialidad del tiempo presente. De este modo le aparece delante de los ojos aquel mundo
sin brújula, sin sueños, sin amor: “din ziare extragem, pentru bârfă/ subiecte comice” (De los diarios extraemos, para los chismes/ asuntos cómicos)
Pretenție estivală (Pretención estival). Así, en su loco correr del individuo
de hoy para hacer de su ser una atormentada pieza del engranaje de la práctica social productora de bienes constata que “Din mersul tău prin fapte, cu
viteză,/ taina scade în ochii tăi într-un fapt mărunt” (De tu andar por los
hechos, tan rápido,/el secreto disminuye en tus ojos como un hecho diminuto).
El volumen traducido por Francisco Javier Bran García y Dana Oprica
a la lengua de Lorca, Carta a Tetis, recoge motivos de la poesía clásica,
despierta símbolos general humanos de la realidad urbana donde está trabajando y viviendo el poeta y el mundo rural donde nació y pasó su infancia.
Así en el poema que abre el volumen, El sentido contrario a la subida del
ascensor, el hecho concreto del mecanismo de elevarle de la tierra hacia
arriba a su piso le sugiere por un instante la idea de “que el impulso de
subir salía volando desde mi interior hacia el cielo”. Al mismo tiempo vive
el miedo de que “abandonándome en una gravitación aberrante, del fin del
mundo,/ cuando todo se desploma sobre esta tierra que a todos engulle” va
a caer en el precipicio. Es decir, el movimiento técnico no le ofrece la certeza de la gran ascensión sentida en su interior, sino algunos momentos de
la precariedad de la vida y de la historia. Continúa el poeta: “Mi identidad
interior se estaba difuminando/ y regresaba a una estampa de la vida de mi
abuelo, excombatiente/ en Sebastopol”. En este movimiento el poeta siente
como se enlaza su ser a los acontecimientos cósmicos (subida al cielo) y a
las grandes crisis de la historia a través del destino de su abuelo en el frente
ruso en las batallas de reintegración nacional, de la segunda guerra mundial.
Concluye el poeta en el mismo poema: “El precipicio existencial estallaba
en mi ser/ como una bomba lanzada sobre la ciudad/ desde el avión”. En el
poema El esfuerzo el yo poético “quisiera tornar mi andar en vuelo/ y mi
condición de hombre en la de pájaro”. El poeta tiene este don de vivir la

felicidad y los sufrimientos a la vez de todos los seres vivientes del Planeta.
Recordando las fiestas de otros tiempos de las aldeas constata que “La luna
es ajena a la eternidad escarbada en la aldea/ por pezuñas de caballo”.
Es decir, elementos comunes de la realidad circundante le ofrecen al
poeta la oportunidad de viajar por la mitología (la búsqueda por todo el
volumen de la diosa Tetis) la historia, sobre todos la de sus crisis, con graves
repercusiones en los miembros de sus antepasados, los recuerdos personales (el pueblo se su infancia) y el mundo muchas veces no entendido
de su derredor. Con todo esto constata en el poema Consejo literario que
“todos los versos están cubiertos/ por un regio velo que muchos reconocen:
«¡epíteto!»”/ menos mal que mi inquietud/ no se ha reflejado al final”. Aquí
constata él los límites de su poesía. Puede reflejar mucho de lo del mundo y
del universo, pero raras veces llega a denominar lo inefable del interior del
hombre. Pero en El retiro buscado en el nacimiento de la poesía encuentra
este apoyo inesperado: “Un palo, con una bombilla apagada en la punta/ se
asemeja a una letra”. El pequeño universo de los insectos le da el impulso
de cambiar de condición: “¡Ven, insecto de oro,/ a hacerme partícipe de tu
impulso de flotar!/ Por un día/ daría mi condición de hombre a cambio de
tu fragilidad…” Otras veces quiere “vestirme con el atuendo de la música,/
por entregarme a un ritmo exótico de baile hasta la extenuación/ y no a un
marasmo existencial” (Mi vida interior es dura).
Pero lo que da „sustancia” a su poesía es el sentimiento de amor. Aquí
sus versos se reúnen con la gran poesía clásica, la poesía que canta desde
milenios sin perder expresividad y fuerza las vivencias, la sensibilidad del
hombre. Así escribe él en el poema Idilio: „Una joven rivaliza, según veo,
con la paloma salvaje,/ Oh, esta vuela para cantar en un lugar adecuado,/ y
la joven igual,/¿Quién goza de la pericia de ambas en su arrullo?”. Vemos
como motivos antiguados de la poesía lírica: la belleza de la mujer joven
está aquiparada modernamente con el arrullo del pájaro cantante. Lo acertado aquí es el despertar de la sinestesía de los sentidos: icono viviente
sentido como arrullo encantador. El final del poema cierre el retrato idílico
de las vendimias vividas por el poeta en su infancia: „Al final del viñedo/ el
buey desuncido empuja el adral del carro”.
Como notamos, la poesía del poeta rumano Dan Ionescu tiene nueva
personalidad en la lengua española. Es decir, su técnica y los motivos comprueban más allá de los confines de la lengua materna el hecho de que han
llegado a adquirir valor universal, como la de los grandes poetas rumanos
que publicaron versos en la lengua de Lorca. (Recordamos aquí sólo los

versos de Alexandru Busuioceanu de la mitad del siglo pasado, versos considerados ya como valor de la poesía castellana por las historias de la literatura aparecidas en la Península Ibérica. También las traducciones más
recientes de la poesía de Marin Sorescu al español y al catalán marcaron el
interés de los hablantes estas dos lenguas por la lírica rumana.) Por estos
motivos consideramos la propuesta de los dos traductores de los versos del
joven poeta rumano, Dan Ionescu, como un gran acierto en la misión de dar
a conocer y poner en circulación unos de los más recientes valores poéticos
de nuestro país, a través de este nuevo atuendo universal neolatino, la lengua española.


Bibliografía:
Dan Ionescu, Carta a Tetis, Madrid, Eride Ediciones, 2020.
Idem, Biblioteca într-o alocuțiune, Craiova, Editorial Avrămeasa, 1995.
Idem, Altceva de cunoscut, Craiova, Editorial Aius, 1998.
Idem, Departe de ocean, Bucarest, Editorial Cartea românească, 2001.
Idem, Fugă de scris, Bucarest, Editorial Cartea românească, 2001.
Idem, Visus vis sau cartea visului, Craiova, Editorial Scrisul românesc, 2008.
Idem, Sunt poet în fiecare zi, Timișoara, David Press Print, 2016,
Idem, Pauză romantică într-un veac precipitat, Craiova, Editorial Sitech, 2016.

Sursa: https://analefilologie.uvt.ro/wp-content/uploads/2014/07/Geo-Constantinescu_Anale-Litere-2020.pdf

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